top of page
Extraordinaria%20Mente%20Logo%20Branding
  • Foto del escritorLeo Nabel

Aquella Voz [Historia de Transformación Personal]


Ya es media mañana y estoy sentado en el hall del entrepiso de la escuela de yoga donde vivo con mi espalda apoyada contra la pared del balcón. Enfrente de mi vista aparecen edificios de tres pisos iguales al mío, todos se distribuyen igual; los primeros dos pisos de habitaciones, el tercer piso el hall de yoga. Por encima de las construcciones el cielo azul despejado y el sol asomando por las verdes montañas que recubren el pueblo de Rishikesh.


El mate mezclado con té verde ya no tiene gusto a nada, es el mismo mate que vengo tomando desde el día anterior, pero acá en India está difícil encontrar yerba y cada cebada hay que exprimirla al mango.


Si no encuentro algún que otro argento que se vuelva y que me quiera donar algo es imposible conseguir el néctar de la felicidad. Nadie conoce mejor el significado de "mate lavado" que los argentinos de viaje por el mundo.


Por primera vez en meses de estar viajando con gente me encuentro solo.


Cuando viajas solo pocas veces estas solo. Hay magia en descubrir personas en hostels, estrechar una relación en tres, cuatro días, y después abrazarlos fuerte y seguir viaje. Llegar a una ciudad nueva y repetir la ecuación. Es muy loco pero a veces tengo esa sensación de que en tres días puedo llegar a conocer a un desconocido con mayor profundidad que a un amigo en una década.


Estoy parando en una escuela de yoga donde solo estamos viviendo la familia de yoguis y yo.


Los extranjeros huyeron por el virus, yo me quedé. Esta es mi casa desde hace unas semanas y no sentía el impulso de volver a Argentina. Está bueno estar solo, aunque tenga mala fama, hay que reivindicar los momentos de soledad. Empiezo a entender a los que me decían que aprender a disfrutar de estar solo es una señal de madurez emocional.


El entrenamiento de yoga dura un mes entero, seis días a la semana, de siete y media de la mañana a siete de la tarde con un ratito de descanso en el medio. Practicamos yoga, meditación, filosofía yoguica, hacemos ejercicios de respiración y cantamos mantras.


No se puede decir que esté disfrutando de todas las prácticas y por momentos me quiero ir a la mierda. Una vida de jugar al futbol me dejaron los músculos de las piernas cortos y ahora tengo menos flexibilidad que un roble.


Me estiro algunos centímetros a cada lado, un poco hacia atrás / adelante, y no me muevas más porque me rompo. Los teachers hacen su mayor esfuerzo para ayudarme a progresar, me pegan, me empujan, me estiran, y milímetro a milímetro mis músculos se van aflojando.



En el Yoga no hay competencia y no existe la distinción de "bueno" o "malo". Cada persona tiene un cuerpo distinto y de lo que se trata es de combinar el movimiento con la respiración para ser consciente de eso que está adentro nuestro y que no cambia con el tiempo. No me pregunten por qué, pero a pesar del sufrimiento después de cada práctica me siento genial.


Dice Raj, el profe de la mañana que "el dolor y el placer son extremos de la misma isla"


Hace un rato terminé de ver un video motivador de Tom Bilyeu y de pronto me surgen las ganas de escribir. Es un síntoma de que algo en mí se está abriendo. Agarro el anotador, cierro los ojos y recuerdo que hace exacto dos años estaba casado, dirigiendo una empresa en Buenos Aires, metido en la pretemporada con el equipo de fútbol y planificando el año de seminarios en la cámara empresarial.


En ese entonces mi MacBook era prácticamente una extensión de mi cuerpo y el excel un complemento añadido a mi cerebro. Ahora estoy solo. No tengo pareja ni amante, no tengo trabajo, no pertenezco a ningún equipo, a ninguna cámara empresarial y estoy viajando por la motherfucker India. Mi MacBook sigue viviendo en Buenos Aires y no recuerdo la última vez que abrí una hoja de excel. Pero de alguna u otra forma me siento genial estando acá, estando en paz y habiendo bajado veinte cambios.


Tengo menos pero soy más.


Creo que si la versión de mi mismo en 2018 escuchara la historia de alguien que dejó todo y se fue a la India, pensaría que esa persona definitivamente está un poco loca.


Pero ahora de repente me doy cuenta que yo soy ese pirado... y lo curioso es que siento que el que estaba loco era mi versión de 2018. Ja, que paradoja!


Cuaderno en mano y dispuesto a empezar a relatar cómo pasé de una vida de lujos en Buenos Aires a estar comiendo en el piso con la mano en un ashram en el norte de india, pero de repente me ataca una voz interna que me paraliza: “Quien sos vos para escribir? Por qué alguien se interesaría por leer lo que vos tenes para decir?”


Que maravilla poder reconocer esa voz porque generalmente opera en las sombras. Conozco esa voz de capítulos anteriores de mi vida, es la voz de "no sos suficiente". No sos suficiente lindo, no sos suficiente bueno hablando ingles, no sos suficiente buen tío, no sos suficiente inteligente, no sos suficiente buen amigo. Pero lo bueno es que la reconozco pero igual escribo. Escribo. Escribo. Estoy escribiendo. Estoy escribiendo. Estoy escribiendo.


Estoy escribiendooooooo Aaaaaaaaaaaaa Bla bla bla bla bla bla bla bla bla blaaaa

ESCRIBO ESCRIBO ESCRIBO ESCRIBO ESCRIBOOOOOOOOOOO


10 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page